Estás navegando por internet, viendo diseños en una web sobre creatividad, y te encuentras un anuncio muy atractivo en el que te ofrecen un curso de animación online para jóvenes diseñadores. Te quedas pensando: “ojalá pudiera permitirme la matrícula. Me encantaría convertirme en animador”. Pues la buena noticia es que, con el préstamo adecuado, tus sueños pueden estar mucho más cerca de cumplirse.
Es lo que tienen los préstamos, productos bancarios que te ofrecen la liquidez que necesitas para afrontar pagos extraordinarios, como una tablet para llevar tus tareas del trabajo al día, reformar la cocina de tu pisito o, como es este caso, disfrutar de una formación que podría marcar la diferencia en tu carrera laboral.
Hoy te explicamos qué es un préstamo, qué tipos de préstamos existen y qué debes tener en cuenta para tener éxito cuando pidas uno.
¿Qué es un préstamo?
Un préstamo es una operación financiera en la que una entidad bancaria te ofrece una cantidad de dinero, que te comprometes a devolver en los plazos acordados y con los intereses que vienen recogidos en el contrato.
Es una actividad tan antigua como el ser humano. En sus orígenes, los préstamos se daban y devolvían en especie. En época de Mesopotamia, se ofrecía sal o cabezas de ganado a cambio de materiales preciosos. Ya en el Imperio Romano aparecieron los primeros prestamistas, que aplicaban sus propios tipos de interés a los prestatarios para que ampliarán su red comercial o mejoraran la calidad de los cultivos.
Cuando apareció el dinero físico, en forma de monedas o billetes nacionales, los préstamos dieron un salto gigante. Se instrumentalizaron, se dotaron de cobertura legal con tipos de interés adecuados al mercado y ahora te permiten acceder a la cantidad de dinero que necesitas para llevar a cabo tus actividades en poco tiempo y con un gran grado de solvencia.
Tipos de préstamos
Hoy en día existen diferentes tipos de préstamos que se adaptan a tu situación personal y a tus circunstancias económicas. Ten en cuenta que puedes necesitar dinero para situaciones distintas, por ejemplo, para comprarte una moto y para entrar a vivir en tu nueva casa.
Para que lo entiendas mejor, los préstamos se engloban en dos grandes categorías:
- Préstamos personales. Estos son los que cubren tus necesidades en momentos concretos de tu vida. Si quieres hacer tu curso de animación para jóvenes diseñadores, puedes optar por un préstamo de estudios. Si lo que quieres es disfrutar de un viaje a Roma con tus amigos, puedes decantarte por un préstamo para vacaciones.
- Préstamos hipotecarios. Cuando vas a hacer una gran inversión, que puede alargarse durante años, la cosa cambia. Este tipo de préstamo te lleva a elegir el tipo de hipoteca que vas a contratar, fija, variable o mixta, lo que influirá en la cantidad de las cuotas que tengas que pagar al final de cada mes.
Nuestra entidad te ofrece los dos tipos de préstamo, el personal y el hipotecario, con asesoramiento personalizado para que recibas toda la información de parte de nuestros expertos. Esto te ayudará a tomar una decisión consciente, teniendo en cuenta cómo son tus finanzas y cuál de ellos puedes permitirte en estos momentos.
Consejos antes de pedir un préstamo
Eso sí, si ya estás pensando en pedir un préstamo, es importante que valores distintos factores que afectan a sus condiciones, como la diferencia entre el TIN y el TAE. El Tipo de Interés Nominal (TIN) es un indicador que solo te dice cuánto te cobra el banco por prestarte el dinero. La Tasa Anual Equivalente (TAE) también te informa de los gastos y las comisiones que tendrá, por lo que es un medidor más eficaz del rendimiento efectivo de tu préstamo.
Ahora que ya sabes las variables que afectan al tipo de interés que va a tener tu préstamo a lo largo del tiempo, ha llegado el momento de ver los consejos que te ayudarán a elegir el más adecuado para ti. Sigue estos tips para sacarle la máxima rentabilidad.
- Pide únicamente el dinero que necesitas. Un error muy común es solicitar dinero de más “por si acaso”. Esto es un error, porque las comisiones terminan subiendo y pueden afectar negativamente a tu salud financiera. Elige a qué vas a destinar cada cantidad, e intenta ajustarla al valor real de cada proyecto en el que te embarques.
- Conoce bien los plazos de devolución. Antes de decidir cuáles son los plazos, debes tener en cuenta dos posibilidades. Si decides pasar mayor tiempo pagándolo, tendrás más intereses pero las cuotas serán más bajas. Si decides que lo vas a resolver lo más pronto posible, tendrás que afrontar el pago de más dinero cada mes, pero el coste total del préstamo será más bajo. Elige la modalidad que quieras, siempre en función de tus condiciones financieras.
- Observa de cerca los intereses. Ya te hemos indicado la importancia del TIN y el TAE para saber el valor real de tu préstamo, pero también deberías revisar las comisiones adicionales que pueden incluir este tipo de productos bancarios, como la cancelación anticipada total o parcial.
Haz tus cálculos antes de ir a por el préstamo, de forma que tengas una idea aproximada de cuánto dinero tendrás que pagar cada mes hasta que puedas amortizarlo. De esta forma, también podrás hacer tus presupuestos familiares teniendo en cuenta este importante gasto, que tendrás de forma periódica a partir de entonces.
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