Pero, ¿en qué consiste exactamente? En este artículo te contamos todo lo que deberías tener en cuenta sobre este concepto, así como algunas recomendaciones para evitar caer en estafas o fraudes online.
¿Cómo influye este concepto en nuestra vida cotidiana?
La identidad digital abarca todos los datos que construye una percepción o impresión sobre nosotros en el mundo virtual. Esta imagen se conforma en su mayor parte de nuestra huella digital y la información que creamos, de manera intencionada o sin darnos cuenta, desde nuestra dirección de correo electrónico o la fecha de nacimiento que ingresamos en un formulario, hasta detalles más sensibles, como información financiera y los patrones de consumo que dejamos en las plataformas de compras en línea.
Hoy en día, la importancia de la identidad digital se ha acentuado, especialmente en áreas como la búsqueda de trabajo. Por esta razón, es vital prestar especial atención a lo que compartimos en las redes sociales y las opiniones que expresamos en línea, ya que podrían tener implicaciones significativas en el mundo digital y en situaciones concretas, como presentar nuestra candidatura para un empleo.
Además, la identidad digital influye en cómo nos presentamos en los espacios de realidad virtual, usando avatares y personalidades en línea que interactúan en entornos simulados. Por otra parte, esta realidad paralela amplía nuestra identidad online al permitirnos experimentar situaciones novedosas, impactando en nuestra imagen en el mundo digital y más allá.
Características de la identidad digital
Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) podríamos definir los siguientes con el objetivo de abarcar en profundidad este concepto:
- Valiosa: En algunas ocasiones, las empresas examinan la información disponible en las redes sociales de los candidatos, influyendo esta en decisiones cruciales.
- Social: Se moldea a través de las interacciones en redes sociales. Es decir, se basa en la percepción de otros, sin necesidad de verificar su autenticidad.
- Subjetiva: Su configuración depende de cómo otros usuarios perciben a la persona a partir de la información generada por ella misma.
- Real: La información digital puede impactar tanto positiva como negativamente en la vida real.
- Compuesta: Se edifica a través de las contribuciones personales, pero también mediante aportes de terceros, sin necesidad de contar con su aprobación.
- Dinámica: Permanece en constante cambio o evolución, adaptándose a las transformaciones del entorno virtual.
- Indirecta: Permite conocer no a la persona en sí, sino únicamente las menciones y referencias en línea que giran en torno a ella.
- Contextual: La necesidad de mantener identidades separadas se evalúa según el contexto, ya que la divulgación errónea puede perjudicar la identidad digital.
Identidad digital vs identidad real
La identidad 2.0 no está necesariamente vinculada de manera obligatoria con la identidad concreta de un individuo o entidad, pero sí influye en su prestigio o en la percepción que otros usuarios desarrollan sobre ella.
Confiar en la conexión entre una identidad genuina y una identidad digital requiere, en principio, una validación por parte de alguien o, en otras palabras, una demostración de que un usuario es quien afirma ser. Esto quiere decir que el uso de una identidad digital incorpora un método para confirmar que realmente se trata de una persona cuando se interactúa digitalmente, como en el caso de las conexiones en línea a través de Internet.
¿Cómo mantener a salvo nuestra identidad digital?
Los ciberdelincuentes pueden robar tu identidad online con el objetivo de acceder a tus cuentas bancarias o realizar compras a tu nombre. Evidentemente, las consecuencias de estos actos son muy perjudiciales para ti, además pueden poner en entredicho tu reputación en redes sociales.
Los ciberataques están a la orden del día, en los últimos tiempos hemos visto como algunos de estos delitos, como el skimming, se incrementaban. Por ello, con el objetivo de evitar todo tipo de amenazas, te recomendamos seguir los siguientes consejos:
Evita conectarte a redes Wi-Fi públicas o poco seguras
Las redes Wi-Fi gratuitas, que se encuentran en lugares como cafeterías y restaurantes, a menudo carecen de los niveles adecuados de cifrado, como el WPA o WEP. Por lo tanto, no son fiables en términos de seguridad.
Apuesta por la seguridad en la navegación web
Siguiendo la línea anterior, incluso si estás utilizando una red Wi-Fi privada, es esencial navegar solo por sitios web que empleen el protocolo HTTPS (Protocolo Seguro de Transferencia de Hipertexto).
Este protocolo garantiza que cualquier información transmitida a través de estas páginas esté encriptada, lo que significa que nadie puede interceptarla.
Elige contraseñas sólidas y cámbialas con frecuencia
Las contraseñas seguras deben tener al menos 16 caracteres y combinar letras mayúsculas, minúsculas y números. Evita utilizar la misma contraseña en diferentes servicios. Sabemos que memorizarlas todas puede ser complicado, pero siempre puedes utilizar un administrador de contraseñas.
Mantén tu software actualizado
Tanto si utilizas Windows como si eres usuario de Mac, los sistemas operativos se someten a actualizaciones periódicas. Cada vez que se lanza una nueva versión de software, recibes una notificación en tu dispositivo, dándote la opción de llevar a cabo la actualización. No retrases esta acción, ya que cada versión incluye medidas de seguridad reforzadas.
Evalúa detenidamente los permisos y las políticas de privacidad
Revisa estas políticas de privacidad y analiza detenidamente los permisos que otorgas en cada red social. Es posible que desees mantener un perfil privado en Instagram o que prefieras aprobar individualmente las fotos en las que te etiquetan en Facebook para determinar si aparecen en tu perfil.
Monitoriza regularmente tu nombre en Internet
Es probable que en alguna ocasión hayas buscado tu propio nombre en Google, con el fin de averiguar lo que el buscador revela sobre ti de forma pública. Mediante esta práctica te aseguras de que mantienes el control sobre la información que aparece en línea en relación contigo.
En resumen, desde nuestras interacciones en redes sociales hasta nuestras transacciones en línea, cada huella digital que dejamos contribuye a forjar nuestra identidad online en constante evolución. Es vital comprender su alcance y adoptar medidas proactivas para protegerla, desde el uso de contraseñas sólidas hasta la implementación de herramientas de seguridad avanzadas como la firma digital.

