Cuando hablamos de economía, uno de los pilares básicos para entenderla es el papel que tiene la empresa en la generación de riqueza para la sociedad. Al fin y al cabo, cuando las personas se alían para trabajar por un objetivo común tienen más posibilidades de sobrevivir y, en un mundo capitalista, de favorecer el desarrollo financiero de aquellas que las rodean. Esta conexión entre el mundo empresarial y el económico fue, de hecho, una de las grandes pasiones que dirigieron la inestimable investigación del académico austríaco Joseph Schumpeter.
Joseph Schumpeter: un economista consagrado a la enseñanza
Joseph Schumpeter nació en Moravia, en la República Checa, el 8 de febrero de 1883. Después de la muerte de su padre se mudó junto con su madre a Viena, donde comenzó a estudiar en una prestigiosa escuela católica de la capital: el Theresianum.
Pero su verdadera dedicación a la economía comenzó con sus estudios en la Universidad de Viena. Pupilo de Friedrich von Wieser, fue profesor de economía durante varios años en las universidades de Viena, Czernowitz (Ucrania), Graz (Austria) y Bonn (Alemania) a partir de 1909; donde pudo investigar la escuela austríaca y seguir los pasos de algunas de sus grandes inspiraciones, como Carl Menger.
A partir de 1932, con la llegada del nazismo al poder en Alemania, Schumpeter abandonó su puesto como ministro de economía de Austria para dirigirse a la Universidad de Harvard, donde falleció en 1950. En todo este tiempo publicó decenas de obras, en las que se preocupó por temas clave para la sociedad como la innovación empresarial, la ruptura con el esquema de precios prefijados o la posible autodestrucción del capitalismo en el futuro.
Los precursores de Joseph Schumpeter: la escuela austríaca
Para entender el pensamiento de Schumpeter, debemos entender en qué consiste la escuela austríaca que tanto le marcó durante su juventud. El fundador de esta corriente económica fue Carl Menger con su obra Principios de Economía. En ella se defendía que el valor de un bien dependía de la utilidad que le asignaran las personas que lo compraran, y no del trabajo que se hubiera empleado en su creación. De esta forma, la utilidad de dicho bien era subjetiva y dependía de las necesidades que deseara satisfacer cada individuo.
La teoría del valor subjetivo fue completada por otros economistas como David Ricardo, que llevaba esta hipótesis al mundo empresarial y sostenía que la capacidad del trabajador para ganar un salario venía determinada por el valor que tenía su labor para los empleadores.
El economista León Walras, fundador de la economía matemática, fue uno de los primeros en investigar estas teorías y crear las suyas propias, definiendo las bases de la escuela marginalista de Lausana. En ellas defendía la Teoría de Juegos, con fórmulas matemáticas que permitían conocer los precios de los productos según la relación que existía entre sus curvas de oferta y demanda en el mercado.
Las teorías de Joseph Schumpeter: la idea de la destrucción creativa
Joseph Schumpeter añadió a la influencia de estos pensadores la de otros como Karl Marx o su contemporáneo John Maynard Keynes, con la que hizo una crítica extensiva del capitalismo y definió los mecanismos que marcaban el crecimiento innovador de las compañías.
Fruto de este esfuerzo publicó la Teoría del desenvolvimiento económico (1912), donde Schumpeter defiende la idea de la destrucción creativa: la economía estática solo puede romperse a través de la innovación en el mercado laboral. Esta garantiza el desarrollo empresarial y establece las bases para conseguir el crecimiento económico a largo plazo. Este impulso creador se consigue con mecanismos como la introducción de bienes de calidad diferencial, la apertura a mercados nuevos o la conquista de nuevas fuentes de oferta de materias primas.
En su siguiente obra, Los ciclos económicos (1939) quiso hacer un análisis de las etapas más importantes en la historia de la economía, definiendo tres ciclos que se repiten continuamente como son:
- El ciclo económico largo o de Kondratieff: 40-50 años.
- El ciclo económico medio o de Juglar: 5-10 años.
- El ciclo económico corto o ciclo de Kitchin: ciclos de duración inferior.
Esta teoría le sirvió para poner las bases de su libro más polémico, Capitalismo, socialismo y democracia (1942), en el que hace una crítica intensiva a las teorías de Karl Marx. En él recoge las tres bases del capitalismo, como son la propiedad y la iniciativa privada, la producción para el mercado y los créditos bancarios, y defiende que este sistema puede seguir existiendo mientras estén enfocados a alimentar la mentalidad económica de la sociedad y su modo de vida.
Unos años después dejó escrito buena parte de su último ensayo, considerado como una obra maestra del siglo XX. En la La historia del análisis económico (1954) Schumpeter consiguió poner los cimientos del estudio económico moderno, haciendo un repaso completo de todas las corrientes económicas que existían en su época y estableciendo una metodología para que futuros alumnos pudieran realizar análisis socio-históricos de las teorías económicas que se iban produciendo a lo largo de los años.
La obra de Joseph Schumpeter es extensa, analítica y ha sentado las bases para entender cómo la innovación empresarial hace “evolucionar” el capitalismo en momentos de “circuito” o estancamiento económico. Gracias a él tenemos una lección básica para entender por qué es tan importante pensar, ser creativo e innovar para avanzar no solo en la economía, sino también en nuestras vidas.
