El número de pequeñas empresas cada día crece más en nuestro país. A pesar de que las startups se encuentran en auge, las scaleups (son el paso siguiente a las startups) ya ocupan el 15% en España, según el Mapa del Emprendimiento de 2020 elaborado por Spain Startup.
Por eso, es de recibo concretar con qué tipo de financiación cuentan estas pequeñas empresas emprendedoras.
Además, la crisis sanitaria ha provocado que cada vez las empresas cuenten con menos empleados, por lo que los proyectos emprendedores individuales cada vez son más. De hecho, el Informe Global de Emprendimiento de Amway (AGER) 2020 refleja que el 41% de los encuestados en España cree que emprender y tener un negocio propio es una buena oportunidad para el futuro, siendo los proyectos de desarrollo online por los que más apuestan los menores de 35 años.
Sin embargo, entre los principales obstáculos que encuentran los encuestados destaca la obtención de capital suficiente para ejecutar el proyecto o cómo recuperar la inversión que hayan hecho, ya que muchos de ellos temen el fracaso.
Por último, la financiación bancaria tradicional siempre suele ser una buena forma de hacer crecer nuestros proyectos, aunque es cierto que puede ser una de las formas de inversión más difíciles de conseguir.
- Las ayudas públicas enfocadas a pequeñas empresas cada vez son mayores, tanto a nivel regional como a nivel nacional, ya que las instituciones son conscientes de que la mayor parte de las empresas españolas brillan por su reducido tamaño y son el motor de la economía de nuestro país.
- Los Business Angels son inversores privados (personas físicas) con amplio conocimiento en determinados sectores y capacidad financiera para invertir en proyectos ajenos con el objetivo de impulsar proyectos empresariales de alto potencial y en crecimiento en sus primeras etapas de vida.
Este tipo de inversores cubren la falta de financiación que tienen muchos emprendedores, pero no se involucran en el día a día del proyecto, sino que aportan el valor añadido necesario para desarrollarlo. Además, suelen tener una red de contactos valiosos que ayudan a impulsar el proyecto para que llegue a tener rentabilidad a medio plazo.
- En el caso de las entidades o sociedades de capital de riesgo son entidades financieras anónimas cuyo objetivo es adquirir participaciones temporales y proveer de recursos a las empresas pequeñas en proceso de arranque o crecimiento, aportando credibilidad ante terceros y ofreciendo experiencia. Una vez que la empresa ya ha incrementado su valor lo suficiente, los fondos de riesgos se retiran del negocio consolidando su rentabilidad.
Se trata de la segunda fuente de financiación profesional después de los bancos y siempre son inversores solventes con fuertes recursos. Es más recomendable para empresas que ya se encuentran en funcionamiento, ya que suelen ser poco flexibles.
- Las aceleradoras e incubadoras de startups son empresas tienen como objetivo el crecimiento de la empresa para que modifique su tamaño a un mayor.
En el caso de las aceleradoras, estas acompañan a los emprendedores y potencian su éxito a través de programas que les facilite relacionarse con otras startups. Este proceso les capacita y orienta en conocimientos técnicos y de negocios necesarios para la expansión del proyecto que estén desarrollando. Además, de esta manera se les brinda la oportunidad de conocer a otros inversores que quieran apostar por sus proyectos.
Las incubadoras, por su parte, ayudan a crear empresas tecnológicas de manera más rápida y desde 0. Estas organizaciones ofrecen expertos que ayudan y asesoran para evitar un fracaso prematuro. Por tanto, se centra más en impulsar el nacimiento de las empresas.
- Las campañas de crowdfunding también han crecido a lo largo de los años. Se trata de una forma alternativa y menos tradicional donde los inversores apuestan por los proyectos a través de una plataforma online, por lo que cualquier persona puede convertirse en partícipe del proyecto.
En este caso, los responsables del proyecto piden pequeñas contribuciones (desde 10 euros hasta lo que uno quiera) de diferentes personas a las que les ha atraído la idea del proyecto.
Normalmente, los responsables se ponen un presupuesto al que tienen que llegar y, si no lo consiguen devuelven el dinero. Lo más común es intentar llevar a cabo el proyecto con el dinero recaudado en el tiempo estimado que habrá sido fijado previamente.
Sin embargo, hay diferentes plataformas de crowdfunding y cada una tiene sus reglas, ya que puede variar las normas, la retención que hace la plataforma del dinero recaudado o elegir de diferentes formas cómo y cuándo se le entrega el dinero al creador del proyecto.
- Por último, la financiación bancaria tradicional siempre suele ser una buena forma de hacer crecer nuestros proyectos, aunque es cierto que puede ser una de las formas de inversión más difíciles de conseguir.
En este caso, los beneficiarios suelen tener proyectos más consolidados y solventes, ya que esta vía de financiación exige explicar muy detenidamente y con precisión qué se va a hacer con el dinero.
Desde Globalcaja hemos creado la Oficina Técnica, un nuevo servicio de alto valor añadido a disposición de las empresas y emprendedores para garantizar el máximo aprovechamiento de las ayudas públicas y contribuir así a la transformación económica del país. Si estás pensando en crear tu propio proyecto o financiar tu empresa, nosotros queremos ayudarte.
