El transporte de troncos de madera flotando aguas abajo por el río Tajo, conocido como maderada, es un oficio de antaño que, en el caso de Castilla-La Mancha, fue motor de la economía regional durante siglos. Quienes se encargaban de ello eran los gancheros. Actualmente, con el objetivo de recuperar y poner en valor el sector forestal, el Gobierno de Castilla-La Mancha declarará Bien de Interés Cultural tanto el oficio de ganchero como el transporte fluvial de la madera.
Hoy en día, con el oficio de ganchero ya en desuso, la tradición de la bajada de los troncos se sigue desarrollando en nuestra región como fiesta en varios municipios del Alto Tajo. Quienes han tenido la oportunidad de verlo en directo han podido apreciar el arte que esconde el transporte fluvial de madera.
Un oficio con historia
Hasta la irrupción del transporte por carretera, ya en el siglo XX, el río Tajo ha sido testigo del ir y venir de la madera por sus aguas durante cinco siglos. Las expediciones comenzaban en el curso alto del río y eran los gancheros los encargados de trasportar los troncos sueltos, bajo las indicaciones del ‘maestro del río’, que era quien dirigía la expedición.
No sólo el río Tajo ha servido como medio de transporte de madera, sino también el río Segura. En el caso de la zona de Yeste (Albacete), en el siglo XV, fue provincia fluvial de la Armada Española, donde se realizaban los barcos de Cartagena y se arrastraba la madera hasta dicho lugar.
Jornadas medioambientales
El transporte fluvial de madera era, por aquel entonces, el modo de vida tradicional de las familias de la zona. Hoy en día, son muchos los municipios castellano-manchegos los que recrean este oficio en sus fiestas populares a través de jornadas medioambientales. Una iniciativa con la que se pretende dar a conocer esta actividad, además de recuperar y conservar el rico patrimonio natural y cultural de nuestra región.
Por esta razón, el Gobierno de Castilla-La Mancha está tramitando la declaración del oficio de ganchero y el transporte fluvial de la madera como Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de bien inmaterial, al considerarla una manifestación cultural viva y representativa de la zona.
En estos momentos, según el Gobierno regional, el trámite se encuentra en los servicios técnicos de la Viceconsejería de Cultura, donde se están estudiando diversas propuestas y datos para concretar los valores a proteger y las actividades a reconocer.
Desde Globalcaja, estaremos pendientes de esta resolución, así que no perdáis de vista nuestras redes sociales, Facebook y Twitter, porque nos haremos eco de tan grata noticia.
