En la historia de la economía moderna, pocos hombres han tenido tanta influencia como Friedrich von Hayek. Este economista austríaco, que falleció un 23 de marzo del año 1992, fue testigo de las dos Guerras Mundiales que influyeron en su forma de entender los ciclos económicos y el papel del Estado en la riqueza que genera el capitalismo para la sociedad.
La biografía de Friedrich von Hayek: el prolífico Nobel de Economía
Friedrich von Hayek nació en el Imperio Austro-Húngaro en 1899, en la ciudad de Viena. Era de una familia acomodada, en la que su padre ejercía como un reputado botánico para el Estado, así que pudo recibir una educación distinguida en el mundo de las finanzas que le permitió conocer de cerca las ideas económicas de sus contemporáneos.
Estudió en la Universidad de Viena, logrando doctorados en derecho y política en 1921 y 1923 bajo la supervisión de Ludwig von Mises y Carl Menger, y sus teorías económicas influyeron en las de otro gran economista como Léon Walras.
Al terminar esta etapa académica se dedicó a ser profesor en la London School of Economics, la Universidad de Chicago, la Universidad de Friburgo y más tarde en Salzburgo. En esta época también fue asesor de varios gobiernos, a la vez que mantenía correspondencia con personajes destacados como John Maynard Keynes. Fue galardonado con el Nobel de Economía en 1974 junto con Gunnard Myrdal y culminó su carrera económica con la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos en 1991.
La Escuela Austríaca y su influencia en Friedrich von Hayek
Este economista estudió bajo las directrices del fundador de la Escuela Austríaca, Carl Menger, por lo que terminó adoptando muchas de sus premisas sobre la intervención estatal en el ámbito privado o el valor social que tienen los precios de los productos.
En concreto, los defensores de esta ideología económica argumentan que el valor de un bien depende de la utilidad que le asigna cada persona que lo compra en el mercado. Esto significa que es subjetiva y depende de la intensidad de las necesidades que desee satisfacer cada una de ellas, en lo que se conoce como la teoría del valor subjetivo.
Esta premisa entra en contradicción con las teorías de Karl Marx o David Ricardo, los cuales afirmaban que el precio de los bienes dependen del valor social que aportaban los trabajadores en cada fase de su producción. En consecuencia, para la escuela Austríaca, la existencia del socialismo es prácticamente imposible para que la economía florezca en cualquier Estado moderno, porque el capital “se estanca” en manos de los Gobiernos que tienen su monopolio y lo distribuyen entre la población para asegurar su mantenimiento.
Las teorías de Hayek: el gran defensor del liberalismo económico
En 1944 se publicó el libro estrella de Friedrich von Hayek y uno de los más influyentes en la economía moderna del siglo XX: ‘Camino de servidumbre’. En plena Segunda Guerra Mundial, el autor expresaba sus preocupaciones sobre cómo sería la situación económica de posguerra, proponiendo que el liberalismo económico era la única solución para combatir la profunda crisis que se produciría después del conflicto.
La base del pensamiento de Friedrich von Hayek es la superioridad de las acciones individuales frente a las acciones sociales. Para él, la economía es una suma de acciones que llevan a cabo las personas y que tienden a encontrar el equilibrio, definido como “el conjunto de planes individuales que son compatibles entre sí”.
Hayek afirmaba que los precios en los mercados difunden información, cuyo volumen es una causa de la superioridad del liberalismo económico. El motivo es que los mercados pueden organizar esta gran cantidad de datos y reducirlos continuamente a bloques más pequeños que pueden interpretar con facilidad los agentes económicos.
El profesor vienés también estudió los ciclos económicos. Según su pensamiento, los desequilibrios a corto plazo estaban causados por causas estrictamente monetarias. Partiendo de una situación de equilibrio, que se produce cuando el tipo de interés real es mayor que el bancario, los empresarios piden préstamos para acometer inversiones. Esta situación permite que aparezca la inflación o el aumento continuo de los precios en el mercado.
Esto termina reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores, pero favorece a los empresarios porque se benefician del desfase temporal entre la adquisición de los medios de producción y la entrega del producto, alargando a propósito el ciclo productivo para conseguir un mayor rédito económico a largo plazo.
Como el sector privado consigue mayores rentas, los precios de los bienes de consumo terminan aumentando y los del salario real disminuyen. La consecuencia es que la producción termina disminuyendo, porque hay menos demanda, y los bienes de capital disminuyen su valor. En ese momento llegamos a la parte baja del ciclo económico en la que, según Hayek, los Estados tienen que evitar actuar porque impedirían que el exceso de capital acumulado termine destruyéndose para volver al equilibrio económico en la sociedad.
Friedrich von Hayek complementó la redacción de varias obras posteriores, como Los fundamentos de la libertad (1960), con la asesoría a líderes políticos como Margaret Thatcher y Augusto Pinochet. Las políticas económicas de Ronald Reagan durante la Guerra Fría, durante los ochenta, tuvieron una gran influencia en el político estadounidense, que propuso medidas legales para que las empresas pudieran generar riqueza sin la intervención del Gobierno Federal. Gracias a von Hayek, muchos Estados como Moldavia o Georgia pudieron florecer desde el punto de vista económico tras su salida de la Unión Soviética durante los años 90.
Este premio Nobel de Economía demostró que las teorías no solo se quedan en el papel, sino que también pasan a la acción política. Su pensamiento fue clave para que el mundo occidental consiguiera un buen nivel de prosperidad económica y pudiera afrontar los desafíos que proponía la inflación después de eventos catastróficos como la Segunda Guerra Mundial.
