Una de las decisiones más importantes que tomamos en nuestras vidas es la elección de la vivienda. En muchas ocasiones, no sabemos si nos conviene más comprar una casa nueva o reformarla. ¿Qué nos resulta más caro? ¿Cuánto tiempo pasará hasta que entremos a vivir en ella? ¿Tendremos que solicitar servicios externos para que esté disponible?
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en febrero de 2020 se realizaron 44.104 compraventas de vivienda, lo que indica que muchos españoles llevan desde principio de año buscando una buena oportunidad para comprar o reformar un hogar futuro para ellos o para sus familias.
En este caso, solo queda preguntarse qué es más rentable, si comprar una casa nueva o reformarla. Vamos a explicarte cuáles son los factores más importantes antes de que tomes tu decisión, valorando las ventajas y los inconvenientes y haciéndote una idea aproximada de cuánto podría costarte.
Los factores para decidir si comprar una casa nueva o reformarla
No te dejes llevar por el impulso cuando vayas a planear cuál va a ser tu futuro hogar. Tienes que investigar todas las variables: lugar en el que se encuentra, cercanía a los servicios, estado previo de la vivienda… Te enseñamos cuáles son los factores más importantes:
- Precio: Suele decirse que reformar una casa es más barato que adquirirla nueva, y es cierto. Lo que sucede es que el comprador puede solicitar una rebaja mayor en el precio dependiendo del estado de la vivienda y que, como no tiene cargas hipotecarias, el vendedor tiene más libertad para ajustar el precio. Por lo general, el precio de una casa ya habitada es del 10% o del 20% por debajo, que puede llegar al 50% en casos como sucede en los barrios consolidados de la ciudad.
- Calidad de la vivienda: Siempre que vayas a decidir entre comprar una casa nueva o reformar una existente, ten en cuenta la calidad y la antigüedad. Siempre es más fácil que una instalación tenga éxito en una vivienda nueva, o que el aislamiento térmico y acústico sea más fácil en ellas.
- Opciones de financiación: Existen importantes diferencias entre las opciones de financiación de un tipo de casa y de otro. En el caso de viviendas nuevas, el dinero que aporta el banco puede llegar al 80% de la tasación. Por el contrario, en las de segunda mano tienes que tener ahorrado el presupuesto de la reforma, junto con el 20% que no cubre la hipoteca.
- Tipos de impuestos: Otro apartado importante es el de los impuestos. Las casas usadas tienen un Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) que va del 6 al 10 por ciento del precio de la escritura. Los precios de mercado para las nuevas están gravados con tipos de hasta el 10%, cifra que puede reducirse al 4% para las de protección pública.
- Subvenciones para cada tipo de vivienda: Una de las primeras tareas que tenemos a la hora de comprar una casa nueva o reformarla es buscar las mejores subvenciones en el ámbito estatal y regional. El Gobierno, por ejemplo, tiene un Programa de ayudas a la vivienda, relacionado con el fomento de la eficiencia energética, la regeneración urbana, las ayudas a los jóvenes o el fomento de viviendas para personas mayores.
Ventajas e inconvenientes de comprar una casa nueva o reformarla
Ahora que ya tenemos las claves para entender cómo elegir nuestro nuevo hogar, vamos a poner el punto de mira en las ventajas y desventajas de uno u otro modelo. Muchas de ellas tienen que ver con la forma en la que te encuentras la casa, o en las facilidades o dificultades que te pueden surgir en el proceso de compra.
- Estado de la vivienda. Si decides que quieres alquilar una vivienda y tiene más de treinta años, es probable que tengas que hacer una reforma integral para que sea habitable de nuevo. Esto te supondrá más costes, pero a la vez te permitirá una mayor posibilidad de personalizar el resultado final según tus gustos. Es importante saber que una reforma absoluta de la vivienda te obligará a esperar unos meses hasta entrar a vivir en ella.
- Tipo de conservación. Entrar en una casa nueva por primera vez, sabiendo que es tuya, es todo un lujo. Pero no solo eso, sino que está fabricada con materiales sólidos que aguantarán el desgaste con el paso de los años. Además, su distribución está preparada para aprovechar la funcionalidad, mientras que en un piso antiguo es posible que no encuentres tantas facilidades de accesibilidad, o que no te encaje la forma en la que están diseñados los espacios.
- Ubicación de la vivienda. Los pisos nuevos suelen construirse en las áreas exteriores de las ciudades, por lo que no es tan fácil encontrar servicios básicos o supermercados donde comprar. Es ideal para los que buscan tranquilidad, pero sí que es verdad que los pisos antiguos ocupan el centro de las urbes y son más fiables para llegar a oportunidades de ocio o restaurantes.
Tómate tu tiempo, visita a los expertos y analiza distintos tipos de hipoteca después de ver los pisos que te interesan. El objetivo final es conseguir la opción más económica, que te guste y que dure durante muchos años, para que tanto tu familia como tú podáis disfrutar del nuevo hogar en cualquier momento.
