¿El fin de las vacaciones te ha dejado ko? No dejes que te afecte el síndrome postvacacional porque la vuelta a la rutina también tiene su punto. Y es que lo más importante para adaptarse con facilidad a este nuevo ritmo de vida es la actitud.
Atrás quedaron los días de playa, los chiringuitos, las veladas hasta las tantas, vivir sin reloj… Ahora, llegan los madrugones, la vuelta al cole para los niños, al trabajo para los adultos, el estrés… Y cierto es que, visto así, nadie está a salvo de sufrir síndrome postvacacional. Sin embargo, éste puede superarse fácilmente con estos consejos.
Síndrome postvacacional, ¡supéralo así!
Por increíble que parezca, el síndrome postvacacional, aunque no está catalogado como enfermedad, puede causar falta de concentración, de apetito, dolores musculares, de estómago, insomnio… Nadie está exento de sufrirlo, pero quienes tienen menor tolerancia a la frustración, no están a gusto en su trabajo o están descontentos con las funciones que desempeñan son más propensos.
En cualquier caso, para evitar que la vuelta se nos haga cuesta arriba, toma nota de las siguientes claves:
- Huye del pesimismo. Los pensamientos negativos hay que desterrarlos porque pueden derivar en problemas más serios como la ansiedad o la depresión. Afrontar la vuelta al trabajo con buen ánimo es más saludable. Ayuda a sentirse bien con uno mismo y contribuye a un mejor ambiente laboral. Enfócate en lo positivo y en la parte buena de volver e ilusiónate.
- Vuelve de forma progresiva. Todos queremos aprovechar al máximo los días fuera de casa, pero lo más aconsejable es evitar volver el día antes de empezar a trabajar. Ten en cuenta que también cambian los biorritmos y esto no es inmediato. Por ejemplo, si has estado levantándote tarde, empieza a madrugar de forma gradual. Este consejo también es aplicable a los más peques de la casa, a quienes les costará mucho menos despertarse para ir al cole.
- Practica deporte y come de forma saludable. Al hacer ejercicio físico se libera dopamina y serotonina, que ayudan a regular nuestras emociones. Además, mejora la autoestima, la función cognitiva y sensorial del cerebro y reduce los síntomas de la depresión y la ansiedad. Todo ello, también está relacionado con la alimentación, por lo que evita las grasas, las comidas copiosas, los ultraprocesados y come de forma variada y equilibrada, con una mayor ingesta de frutas y verduras.
- No dejes tus aficiones. Aunque nos cueste creerlo, hay tiempo para todo. Si durante las vacaciones has sido feliz leyendo, pintando, paseando o escuchando música, intenta sacar un rato al día para no dejar de hacerlo. Es importante no descuidar el tiempo para uno mismo, para aquello que nos hace felices.
¡Todo en la vida es cuestión de actitud! Piensa, además, que lo mejor de irse es volver 😉
