Tan desconocida como primitiva. Así es la ruta de la lana, uno de los trazados comerciales más antiguos de la Península. Su origen se remonta a los siglos XVI y XVII, cuando los esquiladores, comerciantes y ganaderos partían desde Levante, pasando por La Mancha, hasta Burgos, capital de la lana por aquel entonces.
La ruta de la lana, con una extensión de 400 kilómetros, es hoy una alternativa a las rutas habituales del Camino de Santiago. A su paso por Castilla-La Mancha, se señalizó por primera vez en 2002 en Cuenca y en Guadalajara. Seis años más tarde, le llegó el turno a Albacete, donde se señalizó la zona sur del camino hasta su llegada a Almansa.
Recorrer este camino, te hará disfrutar de un gran número de castillos, restos de hospitales para enfermos y trashumantes, templos y hermosos campos, que muestran las relaciones existentes entre cristianos y musulmanes. Además, dejan entrever la gran influencia compostelana de la zona.
Hoy, te invitamos a recorrer los lugares más emblemáticos de la ruta de la lana a su paso por Albacete, en concreto por las localidades de Almansa y Alpera, ¿nos acompañas?
Castillo de Almansa. Asentado sobre el Cerro del Águila, el Castillo de Almansa ofrece unas vistas espectaculares de todo el municipio. De origen almohade, es uno de los castillos mejor conservados de la provincia. No dejes de contemplar la torre del homenaje, el remate de las almenas y su impresionante escalera de caracol, considerada una maravilla del gótico albaceteño.
Ya que estás en Almansa, piérdete por sus calles y visita lugares como la plaza de Santa María, la iglesia de la Asunción, la Casa Grande o la ermita de San Blas.
Arte rupestre de Alpera. Según algunos investigadores, Alpera es el primer santuario de arte rupestre descubierto en la provincia de Albacete. Visitar la Cueva de la Vieja es descubrir más de un centenar de representaciones de arte rupestre, con las que imaginar cómo era la vida en la Prehistoria.
Tras la visita a la cueva, te proponemos continuar el recorrido cultural en el Molino de San Gregorio. Un molino harinero movido por agua, en uso hasta los años sesenta, que puede contemplarse en su totalidad.
Estas son sólo algunas de las joyas que tiene que ofrecernos la ruta de la lana, también conocida como la ruta jacobea de la lana.
