La contaminación por plásticos afecta a todos los rincones del planeta. Océanos, bosques, riberas de ríos, playas… todo está inundado de plástico. Plástico de un solo uso con el que estamos destruyendo el medio ambiente. Frenar el problema pasa por reducir el uso de plástico.
Los datos son escalofriantes. Según Greenpeace, unos 12,7 millones de toneladas de plástico acaban en el océano cada año, lo que equivale a arrojar un camión de basura lleno de plásticos al mar cada minuto. Hay cinco billones de fragmentos de plástico en nuestros océanos, suficiente para rodear la Tierra más de 400 veces.
El problema es que producimos demasiado plástico de un solo uso y solo una pequeña cantidad de lo que se produce se reutiliza o recicla de nuevo. El plástico no se degrada. Cuando llega al medio ambiente, el plástico absorbe otras sustancias químicas tóxicas, se descompone en partículas diminutas y crea una extensa contaminación o entra en la cadena alimenticia mediante su ingesta por la fauna marina. ¿Sabías que se han encontrado restos de plástico en la sal, el agua potable y en la cerveza?
Pequeños grandes gestos para reducir el uso de plástico
Esto es solo una muestra de la magnitud de la contaminación por plásticos. Una problemática que requiere la implicación de todos nosotros. Conseguir vivir sin plástico no es fácil, pero marcándose pequeños objetivos es posible. Lo importante es empezar y desterrar de nuestra cabeza la cultura del usar y tirar.
- Utiliza bolsas reutilizables. Esto es posible que ya lo hagas, porque es cada vez más común. Cuando vayas al supermercado lleva tus propias bolsas. Para evitar que se te olvide, lleva siempre una bolsa reutilizable en el bolso o en la mochila, ¡nunca se sabe cuándo vas a tener que comprar algo!
- Huye del sobreenvasado. Un único pimiento rojo envuelto en plástico, un manojo de zanahorias en bolsa de plástico, plátanos en bandeja de poliespán y plástico… La lista es infinita y los alimentos, sobre todo, las frutas y las verduras, tienen su propio envoltorio natural. ¿Acaso te comes un plátano con cáscara? A partir de ahora, cuando vayas al supermercado, elige productos sin envoltorios. Cuando vayas a pesarlos, no utilices bolsas de plástico. Lleva tus propias bolsas de tela fina.
- Compra a granel. No sólo legumbres, especias, pasta, frutos secos, cereales, tés… También, productos de limpieza y cosméticos. Comprar a granel es más fácil de lo que puedas imaginar. Basta comprar en tiendas de barrio y mercados y elegir las opciones y los establecimientos más sostenibles.
- Bebe agua del grifo. La industria del agua mineral produce 1,5 millones de toneladas de residuos plásticos al año. Si el agua de tu zona no sabe tan bien como te gustaría, utiliza filtros. Tampoco reutilices las botellas de plástico porque sus componentes tóxicos pueden contaminar el agua. Para tus bebidas, elige envases retornables, como el vidrio, en lugar del brik y botellas de plástico.
- Las bebidas, sin pajita. No nos damos cuenta, pero cuando nos sirven un refresco con pajita estamos consumiendo plástico de usar y tirar. Evita que el camarero llegue a ponerla en tu bebida porque, una vez utilizada, también acabará en la basura. Otra de las acciones que podemos hacer para reducir el consumo de plástico es llevar nuestra propia taza a la cafetería cuando lo que queremos es un café para llevar. Haz lo mismo en la oficina, llévate tu taza.
Hay un montón de alternativas para conseguir reducir el uso de plástico. Si estás dispuesto a hacerlo, empieza poco a poco. No lo veas como un sacrificio, sino todo lo contrario. Diviértete contribuyendo a preservar el entorno natural y siéntete orgulloso de tu progreso. La meta es el residuo cero o zero waste.
